Motivación y esfuerzo, es un artículo que termino de releer mientras los primeros indicios del baile de la primavera se cuela por algún espacio mezquino entre marco de ventana y paño de postigo.
Pienso, con ese particular desorden de la mente, en muchas cosas a la vez: los bailes de mi adolescencia, las previas tratativas con mi madre - sobre todo a ella había que convencer para el permiso - , la imposición de horarios,los acuerdos con mi hermano, las búsquedas entre compañeras para "salir y volver" todas juntas...Los vestidos, los peinados, los amigos, las serenatas,los modelos de automóviles con diselo particular que permitía identificarlos con facilidad...Imagino, a la vez, los bostezos de las madres de hoy "haciendo el aguante" a los amigos de la nena que todavía no están listos y son las dos de la mañana.Y la justificada "mal dormida" llena de miedos y sobresaltos y el alivio de las siete u ocho de la mañana cuando la nena está de vuelta sana y salva.
Se superpone el recuerdo de las adquisiciones para el colegio, que cada Centro Estudiantil hace una vez repartida la recaudación por las entradas en el baile y la estudiantina.
Y entonces, saber que de los jóvenes siempre se obtiene lo bueno cuando están motivados.Y que a pesar del esfuerzo que significa la organización y preparativos de ambos acontecimientos, les queda resto para dar paso a su generosidad.
No queda más que sentir contento, por el grupo de alumnos que año a año la vida me prodiga.
Ellos no saben que son la motivación de mis esfuerzos. O tal vez lo sepan, y por eso cada fin de año, recojo la cosecha.